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Andrea Vela también soy una mujer de color, sobre todo acá en Canadá, soy una minoría
8 de marzo, 2022
Su trabajo está inspirado y profundamente conectado con la cultura mestiza amazónica. Andrea posee un estilo único que fluctúa entre lo lúdico y colorido, con ilustraciones de líneas más cargadas simbólicamente.
A través de tu trabajo, ¿cómo es tu relación con otras mujeres o mujeres artistas?
Mi relación con otras artistas varía un poco según la geografía. En Perú, tengo amigas muy cercanas que se identifican como mujeres y creadoras, entonces, la relación puede variar, no tanto desde ideas de colaboración, que me gustaría más, pero por la distancia y el tiempo, no se da mucho. De hecho, intercambiamos un montón de procesos internos dentro de nuestro trabajo, como por ejemplo: Comparamos presupuestos o nos damos consejos de cómo generar mejor flujo de trabajo porque por ejemplo, existen oportunidades que en Perú todavía te piden las cosas de un día para otro: Te pidieron la ilustración y quieren que esté mañana, entonces, trabajamos un montón en cómo responder este tipo de propuestas y cómo generar un cronograma con los clientes que sea más apropiado y que te beneficie, existe esa confianza para generar un poco más de solidaridad al respecto.
Actualmente yo me encuentro en Toronto y mi relación común entre artistas también varía. Es una parte más pedagógica porque intercambiamos temas como facilitación de arte comunitario y hay un poco más de colaboración en ese aspecto, buscando siempre ver de qué manera generar estos círculos de reciprocidad que muchas veces falta en la industria creativa, ya que nos hacen competir entre artistas. En ocasiones hay oportunidades en las que nos olvidamos que de verdad podemos llegar al mismo espacio en grupo, como colectivo.
¿Ser mujer condiciona lo que haces y cómo lo haces?
De hecho que sí impacta ser mujer, lo que hago y cómo lo hago, pero no es obviamente el único condicionante, hay varios, y dentro de mi identidad también agrego que no solo soy mujer, sino que también soy una mujer de color.
Aquí en Canadá, soy una minoría, entonces se deja representar no sólo en las ilustraciones que creo, sino, en los temas que represento. Por ejemplo, dentro de mi trabajo siempre trato de representar a mujeres como yo, mujeres marrones, lo que me permite conectar desde muy jóven, con más mujeres.
Recuerdo que al hacer ilustraciones, veía una serie que se llamaba “Mujeres protesta” y en ellas se encontraban protagonistas cargando algún tipo de cartel, con temas que iban desde el acoso sexual callejero hasta “yo soy de la selva”. Con este último, busco cuestionar cómo la exotificacion de la mujer amazónica también impacta en con quién trabajo y con quién decido trabajar.
Los valores y compromisos que tengo decididos siempre es priorizar con organizaciones que trabajen y compartan los mismos valores que yo.
Trabajo con organizaciones que buscan acceso legal seguro al aborto, que están orientadas a la justicia ambiental y en ese sentido, los temas a los que me aproximo, tienen que ver con el género pero también a un tipo de feminismo que yo sigo que es tener cuidado, tener en mente una ética del cuidado, de formar más solidaridad entre nosotros, entre la gente. No sólo con la que trabajo sino también con mi audiencia con la que a veces me relaciono y trato de traer temas que son importantes para mí.
Algo que sí creo que afecta un poco, sobre todo dentro de la industria más como vía comercial, es el momento de negociar, siento que muchas veces se ha esperado que por mi género sea más complaciente, siempre sonriente, sea más burbujeante y yo soy bastante juguetona, pero también soy bastante directa y seria, sobre todo, cuando se trata de negocios.
Siento que, sobre todo cuando se trata de que valoren tu trabajo financieramente y también creativamente, tengo bastantes límites, y existen oportunidades en las que siento que los clientes esperan que yo no ponga esos límites, de que sea más complaciente, que sea más feliz, más agradecida de que me estén dando trabajo.
Hay veces que tengo que tener un balance y ceder a ciertas cosas que quizás a un compañero ilustrador de repente no le pasaría, siento que es cierto que se le respeta más al hombre, a la mujer se le extiende un poco más, a un cuestionamiento o cómo pueden haber como más percepciones negativas a alguien que pone más límites dentro de su trabajo y en ese sentido, como mujer he tenido que aprender a cambiar de códigos rápidamente, a cómo reconocer el vocabulario que uso para poner límites, pero también a hacerlo de una manera que sea encantadora, aunque sea como que les dé una especie de seguridad de que el cliente también está dentro del control.
“Dentro de mi trabajo siempre trato de representar a mujeres como yo, mujeres marrones, entonces dentro de eso sí impacta también cómo estamos hablando en temas que impactan a las mujeres desde que era muy joven.”
¿Qué mujer te ha inspirado o influenciado en tu trabajo?
Hay varias mujeres, no puedo elegir una sola pero si tuviera que hacerlo, como mujeres puntuales ahorita se me ocurre Silvia Federici, es una académica escritora, marxista-feminista. Tiene varios libros fabulosos y su modo de pensar de una u otra manera u otra me influencia un montón, le ha dado sentido a muchas cosas que yo veo, de cómo funcionan las dinámicas de género y la historia relacionada al género, particularmente en mujeres, cada vez que leo me hace pensar en cómo quiero yo abordar los temas que están relacionadas a mí como mujer.
Después otra ilustradora que me encanta es Leyla Ali, porque es uno de mis referentes más antiguos y tiene esos trabajos en tinta que son unos súper sencillos y son casi como bastantes intuitivos. De alguna manera juguetones pero después cuando los miras bien están expresando algún contexto social súper complejo y súper fuerte. Me gusta mucho esa yuxtaposición que hace. Siempre me inspira un montón y me gusta ver cómo es que puede generar conversaciones o reflexiones un poco más internas, yuxtaponiendo estilo y mensaje.
Otra mujer que me inspira como influencia y trabajo es una cantante afro indígena colombiana que también está basada en Takaronto, se llama Lido Pimienta y hay un disco que creo que es el último que sacó, que siempre lo pongo para como cuando necesito entrar en un espacio así más sensible o un poco nostálgico. Para dibujar y sentirme inspirada en un ambiente más vulnerable me gusta escucharla.
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